En nuestro edificio todos los departamentos son del mismo dueño y lo gestiona una única inmobiliaria. Este hecho es muy frecuente en la ciudad de Barcelona. Con frecuencia todo el edificio pertenece a la misma familia (herencias) o a capitales financieros que deciden hacer una inversión (estractivismo). En nuestro caso no tenemos ni idea de a quién pertenece, porque la relación está en todo momento mediada por la inmobiliaria, que actúa siempre en favor de los intereses de su cliente. O lo tomas o lo dejas. Así están las cosas en esta ciudad.

Pero a partir de un problema con el desagüe del inmueble, hace ya un tiempo decidimos reunirnos todxs lxs inquilinxs en el vestíbulo. Allí nos reconocimos como vecinxs y decidimos actuar conjuntamente para poner una queja. Y entonces alguien sugirió constituir un grupo de whastapp.

A través de este grupo, socializamos información de interés. Por ejemplo, si saltan los tapones, si alguien se queda encerrado en el ascensor… Una vez se fue una vecina y nos comentó que nos andemos con cuidado porque la inmobiliaria no le había devuelto el depósito de dos meses de alquiler, a pesar de dejar el piso perfectamente. Se trataba de una madre sola con dos hijos a su cargo y sin trabajo. Se fue porque no podía pagar el alquiler (que le habían subido un 20% en el último contrato). Ahora ya sabemos qué tendremos que hacer los últimos dos meses antes de dejar el piso. Todo el mundo lo sabe.

En otra ocasión, otra vecina salió a trabajar temprano y, cuando llamó a su casa para ver si su hija adolescente se había levantado para ir al instituto, nadie contestó al teléfono. Entonces esta vecina decidió apelar al grupo de vecinxs. Nos llegó un mensaje del estilo

Mi hija no se despierta y llegará tarde al instituto. ¿Alguien podría tocar el timbre de mi casa para avisarle?

Diez minutos más tarde leo otro mensaje…

Tu hija acaba de salir para la escuela. Todo en orden. ¡Se había quedado dormida! Pero enseguida nos abrió la puerta.

No son cosas de vida o muerte (aunque podrían serlo en alguna ocasión), pero nos sentimos más protegidxs y acompañadxs.