Hace algún tiempo estaba cenando en un restaurante vietmanita con un amigo y en un momento determinado le dije:

Creo que tendremos que estar alerta porque el dueño nos ha dicho que solo podíamos estar hasta las 22.00 hs y ya son las diez… está entrando bastante gente y casi no quedan mesas.

Entonces mi amigo se levantó y habló con el dueño para decirle que le avisáramos cuando necesitara la mesa (ya que estaba más cerca del camarero). El vietmanita vino a la mesa, miró a mi amigo y le dijo:

Es usted TODO UN CABALLERO por fijarse en ello…

El día siguiente estaba comiendo en otro restaurante con mi hijo (que en aquel momento tenía 6 años) y observé que ya no había mesas libres y que acababan de entrar dos señoras mayores. Entonces le dije a mi hijo que nos levantáramos para dejar lugar a esas señoras, ya que habíamos acabado (curiosamente una situación muy parecida a la del día anterior en el otro restaurante). Una de las señoras se da cuenta de que le dejamos la mesa, se acercó a mi hijo y de manera muy simpática y cariñosa le dijo:

Eres TODO UN CABALLERO, eh? te has levantado cuando nos has visto entrar para dejarnos la mesa…

En fin, micromachismos cotidianos…