En el mercado Galvany, situado en una zona adinerada de Barcelona, entraba una señora mayor acompañada de una mujer más joven (que interpreté debía ser su hija). Con paso lento, las dos mujeres seguían el camino de entrada al mercado, no sin alguna dificultad por parte de la mayor. De repente se acerca una mujer de unos cincuenta años, de aspecto humilde. Ésta se dirige a la señora mayor con cierta alegría y le dice “Señora…, ¿me recuerda? Yo trabajé en su casa durante muchos años. Soy … ¿Me recuerda?”. La mujer mayor la miró, y sin decir nada sacó una moneda de su bolso, se la entregó a la persona que acababa de acercarse a ella y siguió su camino sin pronunciar palabra.